Por Daniel Godoy
La detención de la funcionaria del Poder Judicial que prestaba ayuda y escondite al presunto autor del disparo que le quitó la vida al Carabinero Florido hace unos días atrás aumentó las críticas a este poder en cuanto al silencio abismante en que se mantiene respecto de la conducta de varios de sus funcionarios que se han visto directa o indirectamente involucrados en simples delitos y delitos de crimen como en este caso.
Pues basta recordar al actuario del Juzgado de Traiguén detenido por porte de armas de fuego, el Juez que fuera detenido comprando marihuana, el juez que fuera detenido en Curicó por el hurto en un supermercado, y el vergonzoso caso de los Ministros de Corte de Apelaciones de Rancagua, que incluso termina con la vida de uno de ellos por suicidio.
Los medios de comunicación el día de hoy han evidenciado la molestia ciudadana a este respecto – el silencio – pues como es sabido en otras reparticiones apenas se conoce de algún ilícito entre sus integrantes son dados de baja como en carabineros y Fuerzas Armadas en general (con ciertas excepciones).
Entendemos el debido proceso tanto en materia penal como administrativa, pero esto no es motivo alguno para que la Corte Suprema en su calidad de máximo Tribunal del país se mantenga mudo ante la realidad y lo que sucede en sus propias narices.-